El Deporte
Breve historia
La gimnasia rítmica se originó en Europa en el siglo XIX y desde entonces ha evolucionado hasta convertirse en un deporte olímpico.
El mérito de su invención corresponde al educador sueco Per Henrik Ling, que desarrolló un sistema de ejercicios.
El sistema de Ling se centraba en la combinación armoniosa del movimiento físico y la música, lo que sentó las bases para el desarrollo de la gimnasia rítmica.
Sin embargo, fue el bailarín y gimnasta húngaro Emile Jacques-Dalcroze quien incorporó por primera vez la danza y la música a la práctica de la gimnasia a principios del siglo XX. El enfoque de Jacques-Dalcroze, conocido como euritmia, utilizaba la música como forma de expresar y realzar el movimiento.
La competición de gimnasia rítmica comenzó en la década de 1940 en la Unión Soviética y fue reconocida por la Federación Internacional de Gimnasia en 1961. Aunque el primer campeonato mundial se celebró en 1964, la gimnasia rítmica no debutó en los Juegos Olímpicos hasta 1984, cuando la canadiense Lori Fung consiguió el primer título olímpico de la disciplina. La gimnasia rítmica de grupo debutó en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, en los que España se proclamó campeona.
Movimientos
En comparación con otras disciplinas deportivas, las practicantes de gimnasia rítmica llevan vidas deportivas breves y exigentes, que inician a edad temprana. En general, tienen cuerpos bajos y robustos, idóneos para la simetría de movimiento y la combinación de tres instancias fundamentales: la belleza de los movimientos, el dominio sobre el aparato y la coordinación musical.
En general, de las gimnastas rítmicas se espera el dominio de un conjunto de movimientos, tales como:
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Saltos: son movimientos en los que la gimnasta adquiere un cierto vuelo, sosteniendo poses artísticas similares a las del ballet y la danza. Dichos saltos deben estar siempre en coordinación con el aparato empleado.
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Equilibrios: son posturas que la gimnasta sostiene durante algunos segundos, normalmente sobre una sola pierna, ya sea en puntas, media punta o el pie plano, coordinando la postura corporal con el aparato en uso. Dependiendo de la figura sostenida, puede hablarse de passé, grand écart, arabesque, entre otros.
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Rotaciones: son giros realizados sobre el eje corporal, apoyándose en puntas o en alguna parte del cuerpo, para alcanzar al menos un movimiento de 360°. Durante el giro la gimnasta debe mantener una forma corporal grácil y fuerte, a menudo sosteniendo el resto de las extremidades en el aire.
Aparatos
La práctica de la gimnasia rítmica involucra no solo a la gimnasta, sino también a una serie de elementos o aparatos gimnásticos, cuyas dimensiones son estandarizadas por la Federación Internacional de Gimnasia. Este organismo, además, decide qué elementos son apropiados para cada categoría de edad en la competición.
Los aparatos de la gimnasia rítmica son:
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La cuerda: elaborada de cáñamo u otras fibras sintéticas, tiene nudos en los extremos, a manera de mangos, y su extensión varía de acuerdo a la edad de la gimnasta. Su ejecución consiste en giros, golpes, lanzamientos y saltos armónicos, procurando que la cuerda toque el suelo lo mínimo posible.
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El aro: se trata de un aro plástico rígido, de unos 300 gramos de peso y entre 80 y 90 centímetros de diámetro, pudiendo llegar en altura hasta la cintura de la gimnasta. Puede ser liso o áspero, y suele envolverse en cintas de colores. Su ejecución involucra la creación imaginaria de un espacio, dentro del cual se mueve la gimnasta, entrando y saliendo del aro de manera grácil y coordinada, haciéndolo rodar, saltar y girar al mismo tiempo.
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La pelota: es una bola de goma o plástico de entre 18 y 20 centímetros de diámetro y al menos 400 gramos de peso, que acompaña a la gimnasta en su ejecución y debe mantenerse en movimiento: rodando, girando, rebotando, pero nunca quedando inmóvil en el suelo. De la gimnasta se espera que maneje la pelota con suavidad y soltura, sin agarrarla con demasiada fuerza, y que realice con ella lanzamientos verticales, botes, rodamientos, rotaciones y otras piruetas manteniendo la bola siempre bajo su control.
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Las mazas: se trata de varas de plástico, caucho o madera de unos 8 a 5 decímetros de longitud y unos 150 gramos de peso, con una cabeza esférica y un cuello delgado que permiten sujetarlas con firmeza. Es un artefacto idóneo para las gimnastas ambidiestras, ya que requiere de ambas manos para su manejo a través de vueltas, molinetes y otras figuras asimétricas que implican una máxima precisión psicomotriz. Las mazas pueden golpearse la una a la otra con suavidad, pueden lanzarse en el aire o retenerse en las manos.
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La cinta: elaborada de un material no almidonado como el satén, consiste en una cinta de tela atada en un extremo a una varilla o estilete de madera, plástico o fibra de vidrio, que sirve para controlar la cinta y moverla alrededor de la gimnasta o de sus extremidades. La cinta tiene un ancho de entre 4 y 6 centímetros, y un largo de hasta unos 6 metros, y normalmente es utilizada para crear figuras de zigzag, espirales y otras siluetas que armonizan con los movimientos de la gimnasta, de manera tal que el extremo de la cinta nunca toque el suelo y se encuentre en continuo movimiento.
Puntuaciones
Las actuaciones en gimnasia rítmica son puntuadas por jueces, que evalúan la actuación y otorgan una puntuación de dificultad (D) y una puntuación de ejecución (E), que se combinan para dar la puntuación final de la rutina. El Código de Puntuación se renueva después de cada Juego Olímpico, por tanto la manera de puntuar también varía de un código a otro pero siempre se intenta que sea lo más objetiva posible.
La puntuación D consiste en ir sumando los puntos de cada elemento realizado: saltos, giros, equilibrios, riesgos y dificultades de aparato o maestrías, los cuales cada uno tiene un valor diferente. Sólo puntuarán aquellos elementos realizados de manera correcta y sin faltas técnicas. Como los ejercicios tienen una duración específica, aquellas gimnastas más rápidas y ágiles que puedan ejecutar más movimientos en el tiempo estipulado podrán conseguir mayor puntuación en este apartado.
La puntuación E es el resultado de ir restando cada una de las faltas técnicas a un valor de partida igual para todas las gimnastas. Es decir, aquellas gimnastas que mejor ejecuten sus movimientos, sin caídas, sin recolocaciones, sin desequilibrios y con una limpieza de movimiento digna de una bailarina de ballet, serán las que menos faltas técnicas tengan y por tanto las que mayor nota de ejecución puedan conseguir. La puntuación final es una media de las puntuaciones intermedias otorgadas por los jueces.
Actualmente, dentro de la puntuación E se encuentra el apartado A (artístico), el cual pretende valorar aspectos artísticos de la composición y de la interpretación de la gimnasta. En algunos códigos de puntuación podemos encontrar este apartado independiente de D y E, pero sea de la forma que sea, el apartado artístico siempre ha tenido y tendrá un lugar en esta disciplina convirtiendo la gimnasia rítmica en un ARTE más que en un deporte.
Las puntuaciones D, E y A se combinan para obtener la puntuación total. A continuación, se deducen las posibles penalizaciones que no estén contempladas en las faltas técnicas o artísticas dando así la nota final de cada gimnasta. Sólo los ojos expertos pueden identificar cada uno de estos detalles, pues el código de puntuación de la gimnasia rítmica es largo y complejo, con múltiples especificaciones que son tenidas en cuenta a la hora de puntuar en vivo. Por eso es un deporte tan bonito y completo.